jueves, 5 de octubre de 2017

Beatriz Peralta


RENOVACION




Todas en algún momento pensamos en nuestra renovación, tanto la exterior como la interior.

Cuando llegamos a una cierta edad es notorio como nuestro cuerpo comienza a desgastarse.
Comenzamos con dolencias, enfermedades que de jóvenes no teníamos.

Nos suele suceder que cuando comienza un año nuevo queremos renovar nuestras casas. 
Dar un nuevo color, cambiar las cortinas. En fin renovar para seguir disfrutando nuestro hogar.

Nos animamos generalmente después del invierno, cuando comienza la primavera y todo parece renacer.
De igual modo queremos mejorar nuestra apariencia. Nos cortamos el pelo, cambiamos el color. Nos ponemos a dieta, realizamos mas ejercicios.
Nos sentimos renovadas.

Quiero compartir con ustedes una renovación especial, drástica pero necesaria para la supervivencia. 

Es la renovación del águila.
El águila es el ave de mayor longevidad de su especie; llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, a los 40 años, deberá tomar una seria y difícil decisión.
A las cuatro décadas de vida sus uñas se vuelven apretadas y flexibles, sin conseguir tomar a sus presas con las cuales se alimenta.
Su pico largo y puntiagudo se curva apuntando contra su pecho, sus alas envejecen y se tornan pesadas y de plumas gruesas. Volar se le hace ya muy difícil. Entonces el águila tiene solamente dos alternativas: morir o enfrentar su doloso proceso de renovación, que durará 150 días.
Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar.
Después, al encontrarse en el lugar, el águila comienza a golpear con su pico en la pared hasta conseguir arrancarlo. Luego de hacer esto, esperará el crecimiento de un nuevo pico con el que desprenderá una a una sus uñas talones. Cuando los nuevos talones comienzan a nacer, comenzara a desplumar sus plumas viejas.
Finalmente, después de cinco meses muy duros, sale para el famoso vuelo de renovación que le dará 30 años mas de vida.
También hay en nuestras vidas una renovación que es doloroso y drástico. 
Esa es nuestra renovación espiritual.
Implica entre otras cosas confesar nuestros pecados a Dios, con la confianza de que él nos va a perdonar.
Dejar atrás todo aquello que sabemos ofende a nuestro Señor.
Tener un cambio de actitud en todo momento, eso nos cuesta mucho.
Nuestro viejo hombre exterior lucha por salir.

Nos recuerda Pablo en Colosenses 3:12-14 :

Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.

Esta es la verdadera renovación que se nos pide como hijas de Dios.
La renovación exterior es pasajera, con el tiempo se acaba.
Podemos cambiar muchas cosas que a simple vista se ven, pero son temporales.
La interior aunque nos lleve tiempo, nos lleva a una vida de excelencia.
Esta es la renovación verdadera y permanente.

Como hijas de Dios sabemos que no estamos solas, en ese proceso de sacar lo que no sirve.
El nos da fuerzas, solo debemos acudir en su ayuda para renovar nuestro interior y ser verdaderamente nuevas criaturas.

Dios te bendiga y es mi oración que puedas sentir ese proceso en tu vida de renovación interior. Hasta la próxima.



NO OLVIDES DIOS TE AMA Y NOSOTRAS TAMBIEN.


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1 comentario:

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