lunes, 12 de marzo de 2018

Sandra López


PRINCESAS 



Hace poco alguien me escribió preguntando de donde sale el término que muchas veces usamos para mencionarnos a nosotras como princesas.
En ese momento me quedé pensando.

Algo que vino a mi mente es que todas tenemos un título al cual accedemos por herencia.
Vale decir somos hijas de, hermanas de,y luego con el transcurso de nuestras vidas conforme nos desarrollamos también adquirimos títulos nuevos.

De igual manera sucede con nuestra identidad en Cristo. 
Heredamos un nombre dado por el Padre celestial.
Soy hija del Rey, así que por lo tanto, también soy heredera, princesa, doy a luz sueños, madre de multitudes,hija de fe.

 La Biblia nos enseña un principio que llamaremos el principio de la herencia real.
Es la herencia de Dios para sus hijas.
En la antigüedad la herencia real era sólo para los hijos varones, pero hoy la herencia real es también para las hijas.
Hay una herencia muy importante para la vida de cada hija de Dios y cuando ella sabe quien es, no anda tratando de convencerse o de convencer a otros.

La princesa de Dios sabe cuál es su herencia. Ella conoce lo que le corresponde, ella no pelea con Dios para que le apruebe nada. Ella sabe que sabe de quién es hija.
Cuando una mujer está segura de quién es, sabe que es heredera de todas las cosas y lo que le falte lo pide a su Padre.

En este salmo que citamos aquí se nos habla de la hermosura y esplendor de nuestro Rey.
El verso trece hace alusión a nuestra condición de hijas de ese Rey.
Describe como majestuoso nuestro atuendo, fino, delicado, de oro, glorioso.

Hemos aceptado nuestra nueva identidad de princesas cuando aceptamos ser hijas del Rey de reyes.
En el libro del apóstol Pedro se nos recuerda que somos linaje escogido.
En otra ocasión en apóstol Pablo nos habla de que somos coherederas, ( Romanos 8:16 y 17).

Entonces podemos decir confiadamente que nuestra identidad en Dios nos hace princesas, escogidas, coherederas de un reino eterno, juntamente con Aquel que nos amó y nos rescató, para una vida plena y eterna.

Somos Hijas del Rey de Reyes. 
Caminemos con Gracia, con postura de realeza, somos de mucho valor para Dios.

Somos el diseño perfecto de Dios, hermosas, dotadas de talentos e inteligencia, capaces de conquistar aquello que soñamos.
No permitamos que nos quiten el derecho de vivir como lo que somos, Princesas del Rey de reyes.

Gracias por compartir nuestra lectura, Dios te bendiga mucho.
Nos leemos pronto y por favor no olvides quien eres.
Camina con tu cabeza en alto, Dios te ha dado una corona, eres su amada.

Hasta la próxima.



NO OLVIDES DIOS TE AMA Y NOSOTRAS TAMBIEN.


No te vayas sin dejarnos un comentario y no olvides compartir para bendecir a otros.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

INTERCEDIENDO

A FAVOR  DE  LOS  NECESITADOS    Siempre que pienso y reflexiono en el tema de la intersección viene a mi memoria una historia del...