viernes, 8 de abril de 2016

REFLEXION

No aborrezcamos la promesa de Dios

Por Miriams Delgado
Cuando leemos la Biblia una historia que nos llama la atención es como Dios saca de Egipto a su pueblo Israel. A través de las 10 plagas con mano fuerte los libera de la esclavitud de Egipto. Y les da la promesa de llevarlos a la tierra prometida, Tierra que fluye leche y miel. Después de Ver todas las Maravillas el pueblo de Israel comienza a murmurar en contra de Dios. Porque Ellos pensaban que Dios los iba a introducir en la tierra prometida pronto. Pero ese proceso les llevó 40 años en el desierto porque Dios sabía lo que había en su corazones. Tiempos donde tuvo que morir el pensamiento esclavo, la incredulidad. Tiempos donde nació otra generación que aprendió a a escuchar y confiar en Dios, y a dejar atrás el pasado.
" Pero aborrecieron la tierra deseable, 
No creyeron a su palabra, Antes murmuraron en sus tiendas,
y no crecieron la voz de Jehová" Salmo 106:24-25.
Y a veces pensamos que qué pueblo era muy terco.
Pero en realidad no estamos muy lejos de ser parecidos a ellos. Somos un pueblo escogido, con un Dios vivo que sigue obrando de la misma manera hasta ahora, y con grande promesas. 
Pero al igual que el pueblo de Israel queremos que Dios haga las cosas pronto y a nuestra manera. Queremos que ya nos introduzca en las promesas. Pero Dios es fiel y lo hará. Mientras tanto él conoce nuestros corazones y nos está preparando para entrar a la tierra que fluye leche y miel.
Ante las dificultades y la tardanza no aborrezcamos la tierra deseable (una familia para Cristo, una economía estable, servicio a Dios, ser sanos y tu podrías agregar eso que tanto Dios te ha hablado) que Dios me ha dado.
Creamos en la palabra de Dios porque él no es mentiroso.
Muchas veces me pasa a mí que yo me encierro en mi cuarto y me pongo quejarme de todo lo que estoy viviendo, miró el desierto, miro que no tengo para comer lo que yo quisiera, miro que no hay agua y de lo que hace años estoy en el desierto. Así es que nos quejamos en nuestras tiendas de que la tierra deseable todavía no la estamos disfrutando. Nos olvidamos de escuchar la voz de Dios, de creer las promesas que nos ha dado. 
Cuando leemos la Biblia o cuando abrimos nuestro corazón Dios nos habla y nos hace recordar sus promesas.  
La Biblia dice que nos ha dado preciosas y grandísimas promesas segunda de Pedro 1: 4.
Entonces no murmuremos, ni nos quejemos de la promesa de Dios sino que más bien escuchemos la voz de Dios y Confiemos en su palabra.

Que Dios te bendiga mucho, nos leemos pronto.

Recuerda Dios te ama y nosotros también.

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